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Resumen:
Durante la etapa socialista, la URSS se caracterizó por la gran importancia que le concedió a la esfera social frente a países con economías de mercado con un nivel de crecimiento económico similar. Actualmente, el proceso de transición al que se ha visto sometida la Federación Rusa, impone nuevas condiciones al funcionamiento de los diferentes niveles de gobierno y a las empresas con las consiguientes implicaciones para la política social. Por una parte, la liberalización económica impone una necesaria reducción de la intervención estatal en la economía, especialmente centrada en la esfera social. Por otra, la privatización de las empresas estatales conlleva una nueva forma de gestión económica, que se contradice, según los reformistas rusos, con el carácter social de la empresa soviética. En consecuencia, esta concepción de las reformas propone un sistema de garantías sociales de carácter asistencial de menor magnitud. Sin embargo, la actual crisis económica a la que se enfrenta Rusia y el arraigo de las garantías sociales heredadas del periodo soviético cuestionan este nuevo planteamiento de un sistema social mínimo.
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